Por: Lina Salas Ramírez.
La logística está presente en toda la cadena de abastecimiento y por esto es una pieza clave para replantear procesos y lograr sectores productivos amigables con el medio ambiente que, por la propia lógica logística, optimizan sus recursos logrando el menor desperdicio posible.
Las empresas deben responder cada vez a más exigencias relacionadas con el cuidado del planeta y de los contextos inmediatos en los que se desarrollan sus objetos sociales; tanto las legales como las que los propios clientes hacen. Esto incluye nuevas tecnologías, cambios en materias y productos, optimización de recursos (como el aceite de las tractomulas o las llantas) y todo esto beneficia además los costos, el tiempo y la energía invertida, así que lo hace aún más atractivo.
“Sumarse a la logística sustentable (o logística verde) les permite a las empresas, entre muchos otros factores, establecer un marco de optimización de eficiencia cuantificable y medible en tiempo; control de fugas operacionales que son ineficiencias; generar eficiencias sin la necesidad de realizar inversiones significativas; logar un interesante refuerzo de la imagen corporativa de la compañía en cuestión y la marca y compartir visiones, desafíos y metas sustentables con las corporaciones globales”.
Rodolfo García, GreenLogistics.cl
Hay dos ramas de la logística que aportan a esta necesidad: la logística inversa y la logística verde. ambas plantean la importancia de reciclar, re-fabricar y optar por embalajes reutilizables, pero mientras la logística inversa se encarga de una devolución de los productos (planificando un circuito de recuperación de los productos o envases, desde el cliente final hacia la empresa), la logística verde suma la reducción del uso de embalajes y el análisis del impacto ambiental de las industrias. En general, lo que consigue la logística inversa es recolectar y recuperar los distintos productos o envases de los mismos, para darle valor o asegurar su correcta eliminación, lo cual se logra dentro de las actividades de reciclaje, reutilización, remanufacturación y disposición final.
Algunas acciones de la logística verde:
- Reducir la huella de carbono (uso de barcos, trenes, camiones y aviones que puedan realizar más operaciones gastando menos recursos)
- Backhaul: evitar que el camión vuelva vacío; optimizar rutas y no hacer kilómetros en vano
- Utilizar en lo posible vehículos eléctricos y ecológicos
- Reducir el uso de combustibles
- Reducir la contaminación sonora
- Apostar por medios alternativos para lograr ahorro de energía
- Manipular bien los materiales peligrosos evitando que incidan en la atmósfera
- Incorporar nueva tecnología en las maquinarias
- Usar materiales reciclables en los embalajes, o que se puedan reutilizar para la misma necesidad
- Optimizar las condiciones de los vehículos para reducir la contaminación por problemas técnicos
- Controlar y gestionar los desechos generados
- Identificar y rastrear productos en toda la cadena de abastecimiento, buscando asegurar su reingreso y destino final
- Utilizar energías renovables como paneles solares o células fotoeléctricas.
Para lograr estas misiones las normas de calidad son clave. La ISO 9001, por ejemplo, brinda a la empresa certificada un estándar que asegura procesos productivos sostenibles (por su enfoque en la disminución de tiempos y consumo de energía). Es necesario medir qué tanto es el impacto ambiental que están significando los procesos y cómo se debe proceder según la legislación vigente y la responsabilidad social empresarial. La norma ISO 14067 de 2013 también tiene relación al medir las emanaciones de dióxido de carbono (o Gases de Efecto Invernadero – GEI) en cada fase de las cadenas de producción y comercialización, de manera que sea posible identificar puntos de mejora.
En Logicem hemos implementado diversas medidas a lo largo de los años. Esto incluye el diseño de estrategias de logística multimodal en las que se eligen los medios de transporte más óptimos, incluyendo los ferroviarios; también el uso de aceite semisintético en toda la flota, con lo cual logramos reducir en 50% el uso de aceites (alrededor de 2,200 galones) en un año. También optimizamos el uso de llantas; reencauchando y realizando un estricto control en la calibración de las presiones de inflado de las llantas, alineación y rotación. Además, nuestro servicio de Centros de Distribución o bodegas satélites para materiales de construcción (cuyos beneficios se magnificarán con el desarrollo del Clúster Logístico que se proyecta a un mediano plazo) ha permitido que, tanto nosotros como nuestros clientes, reduzcamos el impacto ambiental de las operaciones al permitir que los trayectos sean más cortos (ubicando los centros en puntos estratégicos del territorio nacional) y esto se refleja además en menores tiempos de entrega para sus clientes, mayor capacidad de respuesta y mayor presencia en el territorio para aumentar su competitividad, a la vez que reducen costos por compartir gastos con otras empresas que almacenan en el mismo lugar.
Para continuar por este camino de hacer cada vez más sostenibles los sectores productivos es necesaria la implementación de políticas públicas que beneficien estas prácticas y la realización de obras de infraestructura que permitan al sector productivo continuar disminuyendo sus costos logísticos cuando opten por procesos sustentables. Debemos seguir trabajando en conjunto para garantizar nuestro derecho a un ambiente saludable y continuar el crecimiento económico que Colombia merece.